Santamarina estuvo cerca de dar el gran batacazo

Ramón Santamarina estuvo anoche a punto de lograr la hazaña en Salta, donde cayó ante Boca Juniors por 4-3 en la definición por penales luego de igualar 1-1 en los 90 minutos, por los 32 avos. de final de la Copa Argentina.

La escuadra tandilense estuvo a punto de dar la primera gran sorpresa de este flamante certamen, haciéndole vivir pasajes angustiantes a un adversario que viene de consagrarse de punta a punta en la máxima categoría del fútbol argentino.
El cuarto de hora inicial tuvo como notorio dominador al conjunto tandilense, que desde el comienzo decoraba con un dejo de sorpresa la noche salteña.
En ese lapso, el aurinegro se adueñó del balón, maniató al campeón del Apertura y demoró apenas 5 minutos en generar tres acciones de altísimo riesgo para el arco custodiado con Orión.
La primera llegó antes del minuto, cuando Ermini desbordó por derecha y mandó al centro al medio, Michel llegó antes que Schiavi pero no lo suficientemente cómodo como para que su definición no sea defectuosa.
Poco después, Boca marcó llamativamente mal en una pelota detenida y Michel tuvo revancha, controló el balón y sacó un zurdazo que milagrosamente fue enviado al tiro de esquina por Orión. Del consecuente corner, Ocaño ganó en lo alto y su cabezazo fue rechazado en la línea por Schiavi.
Tras soportar ese pasaje marcadamente desfavorable, Boca se acomodó mejor en el desarrollo. Santamarina se ocupó de Riquelme con una marcación hombre a hombre en buena parte del terreno por parte de Acosta, pero descuidó a Somoza, quien aportó claridad, se hizo patrón del mediocampo e inició varios avances de la escuadra de Falcioni.
El lógico quedo de los tandilenses en el despliegue tras un arranque a todo vapor propició que los volantes rivales manejaran el balón con una libertad otrora inexistente.
No obstante, el “xeneize” no lograría ser punzante en toda la etapa inicial, pese a esa mejoría en el trámite. Riquelme apareció sólo de manera esporádica, Rivero no pesó al ocupar posiciones ofensivas y Erviti sólo fue protagonista en el tramo final de la etapa, aunque interviniendo lejos de Bertoya.
De hecho, a lo largo de todo el primer tiempo, apenas pudo apuntarse un remate cruzado de Blandi absolutamente controlado por el golero aurinegro.
A muy poco del descanso, Santamarina encontró el desnivel al acercarse a Orión después de mucho tiempo. Zárate, con poca injerencia hasta ese momento, apareció para colocar, a espaldas de Schiavi, una brillante asistencia en la cabeza de Michel, el ex Grupo esta vez no perdonó y ajustó un notable cabezazo junto al palo derecho de Orión (el autor de la conquista debió ser expulsado cuando, ya amonestado, festejó trepado al alambrado).
Como era de suponer, Boca fue un aluvión en el nacimiento del complemento. Les arrebató el balón a los tandilenses y fue generando merecimientos para restablecer la paridad. Al minuto, Bertoya le ahogó el grito a Erviti; y más tarde Riquelme tuvo su chance tras el desborde de Rivero y falló desde inmejorable posición.
Todo ello antes del 1-1, producido al minuto 18 a través de una pelota detenida. De la misma se hizo cargo Riquelme, quien picó el balón para la entrada de Roncaglia, cuyo cabezazo se ubicó abajo a la derecha.
Llegó de ese modo la merecida paridad y el comienzo de una ardua misión para Santamarina: Aguantar las embestidas de su adversario.
Por momentos, el equipo de Falcioni fue desbordante; en otros dispuso del balón pero no supo bien cómo lastimar a los tandilenses.
En las acciones más propicias, Cvitanich cabeceó exigido tras una maniobra urdida entre Erviti y Blandi; Schiavi llegó por el segundo palo para mandar a la parte externa de la red su derechazo; Erviti definió apenas ancho tras el pase de Roncaglia; y Bertoya se lució ante el disparo a quemarropa de Blandi. A Santamarina, el arco de Orión le quedó muy lejos en todo el segundo tiempo, y su única acción de riesgo fue abortada por uno de los asistentes, que sancionó una inexistente posición adelantada de Ermini, quien se encaminaba al mano a mano con el golero rival, en momentos en que Boca aún no había igualado.
La insistencia del “xeneize” no arrojó frutos y debió recurrirse a la definición por penales. En ella, Acosta y Gáspari no lograron anotar, decretándose el triunfo de Boca, que en la próxima instancia se medirá con Central Córdoba de Rosario.
Se desató entonces la sensación ambigua de Santamarina, con la amargura de haber quedado tan cerca de dar el gran batacazo, y a la vez con la satisfacción de haber puesto en jaque al inobjetable campeón invicto del fútbol argentino.





SANTAMARINA 1 (3)


(7) Daniel Bertoya

(6) Cristian Vega
(5) Ignacio Celaya
(6) Luciano González
(6) Mauricio Ocaño

(6) Juan B. Gáspari
(5) Leonardo Acosta
(4) Diego Gottardi

(4) Facundo Ermini
(6) Cristian Zárate

(7) Martín Michel

DT: Rubén D. Forestello

BOCA JUNIORS 1 (4)

Agustín Orión (6)

Facundo Roncaglia (7)
Rolando Schiavi (5)
Juan M. Insaurralde (5)
Clemente Rodríguez (6)

Diego Rivero (4)
Leandro Somoza (7)
Walter Erviti (6)

Juan R. Riquelme (6)

Darío Cvitanich (6)
Nicolás Blandi (5)

DT: Julio C. Falcioni

Cancha: Estadio Padre Martearena (Salta). Arbitro: Germán Delfino. Goles: PT: 46’ Michel (S). ST: 18’ Roncaglia (BJ). Cambios: En Ramón Santamarina: Juan I. Otal por Michel e Iván Agudiak por Ermini. En Boca Juniors: Cristian Chávez (6) por Rivero, Pablo Ledesma por Erviti y Pablo Mouche por Cvitanich. Definición por penales: En Ramón Santamarina anotaron Zárate, Ocaño y González; el disparo de Acosta fue atajado por Orión; y el de Gáspari dio en el palo. En Boca Juniors anotaron Riquelme, Chávez, Ledesma y Schiavi; y el remate de Somoza fue contenido por Bertoya.

La figura
Facundo Roncaglia
Anotó el gol del alivio para Boca poniéndole la cabeza a un tiro libre de Riquelme. Además, fue importante cada vez que apareció en ofensiva. Sobre su sector, Santamarina no causó daño.