RACING Engranados

Los hinchas de Lanús castigaron a Zubeldía porque quiso llevarse varios jugadores a Racing. Lo tildaron de traidor y se cruzó con Araujo. Pepe Sand lo bancó.

Lo de Camoranesi no es nada. Se quiso llevar a Regueiro, Araujo, Ledesma y hasta a Erramuspe”, cuenta, con frialdad, un plateísta. Esa tranquilidad créase que asombra. Al que insultó casi toda la cancha no es al técnico de Racing, sino a una de las pocas personas que pueden jactarse de haber sido campeón en Primera con Lanús. A Luis Zubeldía no lo respetaron ni en el patio de su casa. Ayudante de campo de Ramón Cabrero en el único título local (2007) y criado en el Sur, al ahora entrenador lo empezaron a apuntar apenas Gabriel Hauche hizo el gol del empate.

“A los traidores les tenemos que ganar”, fue el grito de guerra que se cantó a viva voz. La Fortaleza, claro está, no fue la misma donde en el torneo pasado habían ovacionado a Zubeldía (hasta le regalaron una plaqueta). En este fútbol enfermo, que el técnico haya posado sus ojos en jugadores que conoció en Lanús se tomó como traición. Y mucho más si el 9 rival es José Sand, ídolo de la hinchada que llegó a la Academia reconociendo lo importante que fue la presencia de Luisito para elegir destino. “Esto es un deporte, hoy me toca estar en Racing y estoy a muerte con esta camiseta. Hago todo lo posible para que mi equipo gane. No pasa nada. El folclore del fútbol hace que te puedan insultar o elogiar”, explicó el entrenador, con una sonrisa dibujada, en conferencia de prensa.

Para ese entonces, varios jugadores de Lanús ya se habían prendido en una discusión de la que no forman parte. En especial Paolo Goltz. “Entiendo los insultos de la gente. Nosotros queríamos ganar y ellos hacían tiempo. Es normal que pase eso. Con las pulsaciones a mil se dan estas cosas”, dijo el ex Huracán, justificando con paupérrimos argumentos la hostilidad hacia Zubeldía. Carlos Araujo, por su parte, explicó un cruce que terminó exacerbando aún más el ánimo de la gente: “No me gustó que se haya metido adentro de la cancha porque yo sólo le decía a Hauche que se apurase. Fue un momento de calentura, no me imaginé la reacción que generó, de lo contrario no lo hubiese hecho”, dijo el ex Racing, quien tuvo un encontronazo con el entrenador en la expulsión de Hauche. Ahí fue cuando tronó el “Zubeldía botón, Zubeldía botón”, cántico que terminaba en una catarata de insultos.

Tampoco la pasó bien Camoranesi, quien rescindió con el Grana y al que silbaron cada vez que tocó la pelota. Los únicos aplaudidos fueron Pelletieri y Sand. “Hice como 60 goles, claro que me iban a recibir bien. Pero Luis le dio tanto al club como nosotros”, lo bancó Sand, el único sensato...

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